La trama de coimas en la Agencia de Discapacidad, con audios que involucran a la hermana del presidente, no es sólo un escándalo judicial: es la grieta definitiva entre la prédica moral y la práctica del poder, entre la lucha declarada y los vicios de una casta que se prometió desterrar y que ahora se revela más presente y viva que nunca"
Por Descartes
La grieta entre el dicho y el hecho
¿Qué sucede cuando la bandera principal de un gobierno, aquella que lo erige como faro moral frente a la decadencia, comienza a resquebrajarse desde sus cimientos? El caso de Diego Spagnuolo en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) no es solo otro escándalo de corrupción. Es un espejo que refleja la profunda contradicción entre un relato construido a fuerza de golpes de pecho contra "la casta" y las prácticas que, según las denuncias, anidan en su núcleo más íntimo. Hoy vamos más allá de los titulares; nos adentramos en lo que este caso revela sobre el poder, la ética y la deshumanización del otro.
El abogado devenido en director
Antes de los audios, está el nombramiento. Diego Spagnuolo, abogado personal de Javier Milei, llega a la ANDIS en enero de 2024. Su hoja de vida no muestra una trayectoria en políticas de discapacidad, sino un paso como asesor de Carlos Kambourian en Pilar, figura a su vez vinculada a causas por malversación. Su gestión se caracterizó de inmediato por una lógica de recorte frío: una auditoría que dejó sin pensión a más de 100.000 personas con discapacidad, despidos masivos y un lenguaje interno que organizaciones sociales tildaron de discriminatorio. Ya aquí, una pregunta flota en el aire: ¿Se gestiona la discapacidad con criterios técnicos y humanos, o con la frialdad de un contador que solo ve números por ajustar? En un modelo malthusiano como el del gobierno libertario la segunda opción parece ser las mas acertada en este análisis.
Los audios: La voz que desarma el relato mileista
La filtración es el detonante. En esas grabaciones, la voz de Spagnuolo no habla en eufemismos diplomáticos. Describe, con una crudeza que estremece, el mecanismo de la corrupción. Un sistema de "aportes" –la palabra elegida para vaciar de moralidad el acto de extorsionar– que exigía a laboratorios entre un 5% y un 8% del valor de los contratos estatales. El dinero no se perdía en circuitos oscuros; tenía un camino claro: la Droguería Suizo Argentina. Y el reparto, detallado con precisión mercantil, es el mapa de una red de poder:
- Un 3% para Karina Milei, la hermana del Presidente, la sombra con un cargo oficial que ahora se ve bañada por la luz más cruda.
- Un 1% para "costos operativos".
- El 4% restante, para los operadores: Eduardo "Lule" Menem (el enlace con el poder legislativo a través de su primo Martín) y la propia droguería vinculada.
La escala es monumental: entre 500.000 y 800.000 dólares mensuales. Dinero que, en esencia, salía de los bolsillos de todos los argentinos y del presupuesto destinado a la salud. La pregunta aquí se vuelve más urgente: ¿Dónde queda la lucha contra la casta cuando los gestos parecen calcados de aquellos a quienes se denuncia?
El entramado: nombres y apellidos que tejen la red
Esta no es una denuncia abstracta. Tiene nombres y apellidos que señalan una trama de poder que opera en las alturas:
- Karina Milei: Deja de ser un misterio para convertirse en el centro alleged de una maquinaria de recaudación ilegal.
- "Lule" Menem: El operador, el que según los audios presionaba para colocar personas en puestos claves, demostrando que la política de los acuerdos cupulares sigue viva.
- Droguería Suizo Argentina: El canal. Curiosamente, ya había sido beneficiaria de una compra millonaria y directa por parte de ANDIS, meses antes, sin licitación pública. ¿Simple coincidencia o la punta de un iceberg?
- Daniel Garbellini: El funcionario técnico, el nexo que ejecutaba las órdenes en el Ministerio de Salud.
La confrontación: la conversación que nadie quería que existiera
El fragmento de audio más devastador es aquel donde Spagnuolo afirma haber confrontado al propio presidente. Las frases son un misil directo al corazón del relato: "Yo estoy denunciando el choreo y abajo tengo gente que va a pedir guita"y "No te podés hacer el boludo conmigo". Esta acusación, de ser cierta, no busca pintar un cuadro de un presidente que no es corrupto, pero sí de uno posiblemente tolerante o impotente frente a una estructura que opera en su nombre. ¿Es esto acaso mejor? ¿Qué tipo de liderazgo permite que esto germine a sus pies?
Las consecuencias: el mundo después de la explosión
El impacto es multidimensional:
En el Gobierno: Destapó una guerra interna silenciosa, una pulseada brutal entre el sector de Karina Milei y los Menem contra el ala de Sandra Pettovello y Santiago Caputo. La lucha no es ideológica, es por el control de los recursos y la influencia.
En la Oposición: Los pedidos de citación llueven sobre Spagnuolo y Karina Milei. De confirmarse los hechos se abre la posibilidad de un juicio político por encubrimiento ya que el presidente se encontraba en conocimiento de estos hechos desde agosto de 2024
En la Justicia: La denuncia penal ya está en manos del juez Sebastián Casanello. Los delitos alleged: asociación ilícita, estafa y administración fraudulenta. El proceso será lento, pero ya es imparable.
Conclusión: más allá del escándalo, una crisis de sentido
El caso Spagnuolo trasciende lo jurídico. Es una crisis antropológica para el gobierno de Milei. Expone la distancia abismal entre la palabra grandilocuente y la acción miserable. Nos habla de cómo la lucha contra un sistema puede terminar replicando sus peores vicios, pero con una nueva fachada. Nos fuerza a interrogarnos sobre el precio de la eficacia cuando se pierde de vista la ética, y sobre la deshumanización de aquellos a quienes se debía servir –los más vulnerables– para convertirlos en moneda de cambio en un juego de poder y avaricia.
Al final, la pregunta que queda resonando no es solo "¿quién sabía qué?", sino una mucho más profunda: ¿Puede un gobierno que se jacta de moralidad sobrevivir cuando su sombra es tan alargada y oscura? La respuesta no está en los audios, sino en la conciencia de cada ciudadano que votó esperando un cambio verdadero.
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