SON 30.000

En una nueva conmemoración del ultimo golpe cívico-militar y clerical en medio de la postura negacionista por parte del gobierno nacional resulta indispensable advertir que la causa está mas vigente que nunca.

Luego que ocurriera el ataque y abuso sexual a una militante hija de desaparecidos de la organización de DDHH HIJOS, quedó demostrado que no se trata de una foto vieja, al parece para algunos los 70 siguen mas vigente que nunca, sobre todo en sus prácticas.

En un gobierno autoritario, que busca cerrar el congreso, disciplinar a la prensa y que profiere todo el tiempo discursos de odio fascista se hace necesario seguir gritando ¡NUNCA MÁS!. Es un grito que debe ser ensordecedor, que hiele la sangre a quienes pretenden clausurar una etapa oscura de nuestro país.

También hay quiénes dicen que están hartos de esto pero ignoran que existen muchas maneras de vulnerar los derechos humanos además de la tortura, desaparición de personas y robo de bebés. Solo basta con un aplicar una política económica cuyo objetivo es planificar la miseria, destruir todo el aparato productivo de un país y sobre todo en la versión contemporánea mileista, llevarnos directo a una depresión económica. 

Lo que se oculta detrás de un discurso negacionista es justamente la venta de todo el patrimonio nacional, la destrucción del trabajo y los derechos. ¿Por qué cuestionan el numero de desaparecidos o les despierta urticaria la conmemoración del 24 de marzo? por que sus victimas fueron innumerables compañeros y compañeras que resistieron ante la imposición de semejante modelo económico. La causa de los derechos humanos es la causa  no sólo del as minorías, también lo es de los humildes.}

Cada medida económica tomada por el gobierno de Javier Milei fue destinada a destruir la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación, su fin fue y será la destrucción de todos los derechos adquiridos: un enfermo de cáncer que muere por falta de medicación, un niño o niña mas que no va poder comer, un jubilado que queda en la miseria, un laburante que es suspendido o queda desempleado. 

El gobierno de Javier Milei en nombre de la libertad de mercado y la propiedad privada viola no solo los derechos humanos de primera generación (los políticos) sino también los derechos humanos económicos y sociales a los que nuestra Constitución Nacional adscribe mediante el "Pacto de San José de Flores".

La esencia de la democracia, la que te garantiza el acceso a todos tus derechos, se sustenta en la justicia social por mal que le pese a muchos. Para quiénes consideran a la justicia social una aberración tienen que saber que la misma es considerada en el preámbulo de la  Constitución de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) como la base de la paz universal duradera. Tanto la Declaración Universal de los Derechos Humanos como el Pacto de san José de Costa Rica sostiene la necesidad e de garantizar regímenes de libertad persona y de justicia social para concreta el bienestar social y económico de las naciones y alcanzar la paz.

A los Pichettos de la vida hay que recordarles que sin una democracia que tome como base la JUSTICIA SOCIAL Y LOS DERECHOS HUMANOS, deja de ser democracia para convertirse en un gobierno oligárquico que beneficia a una elite. Pero sobre todo sin JUSTICIA SOCIAL no es posible  que una comunidad pueda vivir en paz.

¿Cómo puede haberla si no se puede comer? No hay posibilidad de tranquilidad social sino no hay salud, trabajo, libertad de prensa y  respeto por los tres poderes de nuestra nación. Una democracia que no es tal, una republica que no existe y un federalismo a conveniencia, en dónde lo único que se coparticipa es la deuda y no los recursos ( que son de las provincias por cierto). 

La extorción se encuentra la orden de día y se la ejerce mediante amenazas e insultos hacia gobernadores, legisladores, periodistas e incluso a empresarios. Todo queda en lo formal y peor, todo queda en la nada, agachando la cabeza mientras se llevan puestos 40 años de democracia. La parsimonia y el mutismo dirigencial y de quienes votamos para que defendieran lo mas sagrado que tiene nuestra nación es abrumadora, decepcionante y emocionalmente violenta.

No tenemos a un chapulín colorado que nos defienda cada vez que gritamos ayuda, no existe el zorro justiciero que se cargaba al que abusaba del más débil. Para eso están uds gobernadores, legisladores y sindicalistas. Y sin embargo nos sentimos solos.

Raimundo Ongaro sostenía que "solo el pueblo salvará al pueblo" y a parece que es la opción que nos queda es la de organizarnos las bases para defendernos, porque si dependemos de nuestros representantes cuyo único interés es la rosca y se olvidan de lo que significa ser un servidor público y sobre todo lo que implica ser PERONISTA, entonces señores vamos directo a la ruina, al hambre y a desaparcar como nación.

A libertarios que se comportan como secta, defendiendo lo indefendible tienen que recordad algo: si destruyen la justicia social, no sólo se llevan puesto al liberalismo que dicen representar, sino que también destruyen  a todo aquello que hizo grande a nuestro país.