WANDA SHOW: LA DECADENCIA POSMODERNA - Antares News

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jueves, 9 de enero de 2025

WANDA SHOW: LA DECADENCIA POSMODERNA

 


El escándalo Wanda-Icardi-Suárez ha sobrepasado todos los límites y se ha convertido en la síntesis clara de la posmodernidad argentina y de un sector de la sociedad cuya idea de lo repudiable y lo vergonzoso es bastante líquida o liviana.


Por María Victoria Bravo


El espectáculo de la información funciona como una especie de animación de la cotidianidad, de show emocional y sensacionalista. Los contenidos podrán ser horribles, pero la forma de conjunto es ligera, entregada como está al principio de lo fugaz, del olvido, de lo espectacular1.”


(...) La nuestra es ya una sociedad que produce «contaminación visual» de los espacios públicos, que difunde programas caracterizados por la idiotez, la vulgaridad, el sexo, la violencia, en otras palabras, «tiempo cerebral disponible». La vulgaridad, el empobrecimiento estético, la nivelación a la baja, el infantilismo: tal es la obra del mercado que degrada y mata la verdadera cultura. Mientras el mundo se vuelve cada vez más feo y desagradable, los consumidores se transforman en borregos incultos. Hay algo criminal en la cultura del comercio absoluto.2


Gilles Lipovetsky ( 2016)



Estos fragmentos extraídos de uno de los últimos ensayos de Lipovetsky que gira en torno al análisis de una característica que predominante en las sociedades de lo el que denomina “Capitalismo de seducción”.


La ligereza entendida como liviandad, trivialidad, delgadez, inconstancia, volubilidad, irresponsabilidad, e irreflexión, es la conducta que define a la actual sociedad posmoderna capitalista.


Me detengo en la irreflexión ya que es la síntesis del “ser posmoderno”, entendida como una postura opuesta a la racionalidad moderna que fue la causa de la emergencia de los regímenes totalitarios que marcaron la primera etapa del siglo XX. Sin embargo la posmodernidad a mi modo de ver, con la ligereza y la irracionalidad que propaga la estupidez como valor y entretenimiento, no hacen otra cosa que ser mas funcionales a la instalación de los neofascismo digitales ( gracias a las redes sociales) incluso mas que la razón instrumental enciclopédica e iluminista que se consolidó en el siglo XIX con la profesionalización de las ciencias sociales en Europa.


La falta de tiempo y la necesidad del vivir el aquí y el ahora, en un bucle interminable de “carpe diem” hicieron de los reels y los videos de tik tok la principal usina de información (o desinformación), y la autoridad y legitimidad de las fuentes se desplazaron desde la academia hacia las redes sociales. La consecuencia es una creciente pereza lectora e intelectual : las personas ya no logran leer siquiera un posteo de 4 líneas porque les da hastío y aburrimiento. Debido a la vorágine la información se vuelve fugaz, ya no logran retener ni los aspectos básicos de la misma: la desmemoria avanza. El resultado final es ni mas ni menos que la estupidez posmoderna.


De esta manera se vuelve mas fácil seducir, entrentener, dominar. Es el caldo de cultivo perfecto para un fascismo envejecido que busca recontruirse abrevando en las grietas oscuras de la condición humana. Se frivoliza todo, hasta lo mas sagrado para la humanidad que es la dignidad. La estupidez facilita el dominio de las pulsiones mas básicas, del hedonimso mas vulgar, burdo y nefasto. Hay desplazar al espiritu y animalizar a la población para que los limites eticos y morales se borren. El capitalismo salvaje y primitivo del S XIX se reinventa así resegnificando a “industria cultural” para convertirlo en el reino de los “bajos instintos”: sexo, violencia, crueldad, inhumanidad,


Por supuesto contruye una alteridad- némesis, en la que todo aquél que se oponga a tal bestilaidad sea tildado inmediatamente de “progre” o “comunista: en esa categoría caen, los ambientalistas, las feministas, los humanistas, los cura de la opción por los pobres, los negros, los pueblos originarios, los autistas, los que defienden a lo animales, los defensores de los derechos de los niños. El ser empático y promover el amor al projimo ya califica como “zurdo de mierda”. En términos jauretchanos se activara así una nueva zoncera argentina y re actualiza la madre de todas las zonceras: “civilización y barbarie” : la gente de bien es el cristiano tabajador, blanco con una familia tradiciona. El resto somo los salvajes bárbaros. Es el sueño húmedo de la extrema derecha que gobierna nuestro páis y que se encuentra en ascenso en el mundo.


Es en este contexto de estupidez que se puede explicar que dos personas que contruyeron su felicidad sobre la destrucción de la felicidad de otros, pasaron del amor a una guerra medíatica, ya sea por su incapacidad para gestionar su inteligencia emocional o por el puro placer de seguir facturando mendiante el escándalo. La vulgaridad y el pisoteo de la dignidad, sobre todo de menores de edad, están a la orden del día. Asistimo a la cosificación y mercantilización del sufrimiento y la perverisidad. Porque claro ya no alcanza con el cine, la música, las series, los viajes o podscats, es necesario ir mas allá, correr las fronteras de los vergonzoso y repudiable.


Es entretener a un nicho de “clientes” o consumidores cuyos limites eticos y morales ya no son liquidos sino que inexistentes, son AMORALES. Y los medios ven en estos persoanjes una posibiildad de generar contenido deshumanizante, un negocio más. Facturan con su publico objetivo y tambíen con quienes se indignan ante estos hechos. El resultado es la viralización hasta el infinito y ganancias siderales, gracias a ídolos de barro creados por ellos mismos.


Entonces emerge “The WANDA SHOW”, una especie de Truman tóxico y perverso para satisfacer a todo aquel que lo consuma. Esto nos lleva a concluir que quizas “el humanismo ha muerto”. Al menos es lo que nos quieren vender aprovechando que la sociedad está hastiada, bombardeada por los problemas ecómicos viviendo la ley de la selva liberal e intentando evadirse se su realidad consumiendo esta basura cultural.


A pesar de ello soy optimista, ya que no es la primera vez que hay que batallar contra la ihumanidad de un sistema económico que busca sustuir la justicia social por las leyes del mercado. En la época victoriana muchos autores dieron esa batalla: Charles Dickens con “Cuento de Navidad” y “ Oliver Twist”, Victor Hugo con “Los Miserables, Conan Doyle con Sherlock Holmes (soslayadamente denunciaba las adicciones producto del opio en la era de la consolidación capitalista) e incluso hasta la inofensiva Mary Poppins.


Aun en tiempos muy difíciles, la historia de la humanidad nos ha mostrado que, ante la ruina y la decadencia económico-cultural, siempre prevalece la solidaridad colectiva. La budeidad innata de muchas personas permanece intacta y se mantiene en pie frente a la destrucción; es esta la que siempre auxilia.

Siempre hay un Gandhi, un Martin Luther King, una Eva Duarte, una Lady Di, una Madre Teresa de Calcuta u organizaciones sociales que trazan el camino. A los momentos de oscuridad siempre les sigue la luz.

Nunca retrocedamos ante el horror; la única batalla que se pierde es la que se abandona.


Les dejo un fragmento de una de las disertaciones de Daisaku Ikeda quién fuera presidente de la Soka Gakkai:


En la época democrática actual, la mención a los “gobernantes incapaces de discernir la verdad” se aplica a las sociedades cuyo pueblo acepta la mentira y mira de brazos cruzados cómo sus compatriotas son objeto de calumnias.

Si uno no confronta las mentiras y las distorsiones, la gente pensará que son hechos reales. La sociedad que no puede combatir esta manipulación de la verdad seguramente sufrirá por su propia decadencia y corrupción espiritual.”

Conferencia sobre “La apertura de los ojos”.


1Lipovetsky, Gilles (2016): De la ligereza. Barcelona: Anagrama, Pp 28

2Lipovetsky, Gilles (2016): De la ligereza. Barcelona: Anagrama, Pp 28-29


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