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domingo, 3 de marzo de 2024

LA ESCRITURA DE LA HISTORIA


El presente escrito tiene como objetivo dar cuenta de la concepción del oficio del historiador mediante las reflexiones historiográficas realizadas por Michel De Certau[1] y los aportes epistemológicos procedentes de la sociología por parte de Pierre Bourdieu y que se inscriben dentro de un contexto de debate intelectual de los años setentas entre el estructuralismo y las visiones hermenéuticas.  Ambos autores aunque con distinta terminología coincidirán en la existencia de una comunidad que determina lo que es o no es científico y en poner en critica esos supuestos. Ambos se inscriben dentro de la tendencia de considerar como relevante el contexto de descubrimiento, es decir, de producción del conocimiento histórico así como la importancia del error como aprendizaje y punto de partida de toda investigación histórica.




Las ciencias sociales empezaron a sentar sus bases en sociedades, grupos eruditos y su difusión por medio de cartas de intercambio fuera del ámbito de las universidades  deslegitimadas por encontrarse en las manos de la Institución Católica. En el siglo XIX, bajo las influencia  positivismo, el romanticismo y la idea de progreso, historia se institucionaliza y construye un saber basado en la  en la objetividad y la imparcialidad como principio y fin del historiador: “exponer cómo ocurrieron, en realidad, las cosas” [2]y los hechos históricos son relevantes en sí mismo, resaltando así  su característica ideográfica, la historia es una ciencia de lo singular (hechos y acontecimientos humanos), en contraposición a quienes buscaban convertirla en una ciencia nomotética (naturalismo, filosofía y marxismo).  Las investigaciones se orientaran hacia el orígenes de las naciones y tiene al documento escrito como única fuente permitida para el trabajo historiográfico. El rol del historiador es reconstruir el pasado describiendo los hechos tal cual se presentan en la realidad. Es un simple observador de la misma.
¿Qué es la historia y para qué sirve? Preguntas que siempre atraviesan los debates epistemológicos de la disciplina y que suelen coinciden con las crisis en la construcción del conocimiento científico en general. Esta preguntan suponen ante todo el planteo por su utilidad y legitimidad,  sus respuestas no son definitivas, responden un contexto social,  política y económico dado: el concepto de historia tiene su propia historicidad y por ello ha tenido diferentes definiciones y metodologías: Historia de los acontecimientos, ciencia del hombre en el tiempo, historia de las civilizaciones, historia de la lucha de clases, etc.
El siglo XX posterior al periodo de las Guerras mundiales se suscitan nuevos cuestionamientos hacia el historicismo en una clara crítica hacia el acontecimiento y la pretensión de objetividad y con las influencias del estructuralismo, la historia asume un nuevo rol: es la ciencia de los hombres en el tiempo o se enfoca en la lucha de clases. Se estudian las estructuras sociales y culturales como determinantes de la actividad humana, dejando de lado las acciones individuales y la política: economía, religión, etc. Es un análisis global y necesariamente interdisciplinario. Sin embargo dese mi punto de vista no llegan a romper con el determinismo positivista.  Dentro de esta corriente, la de la Escuela de los Annales, aparece una nueva línea historiográfica esbozada por Michel De Certau quien tomara como marco teórico los aportes de Michel Foucault que redefine el trabajo del historiador basado en el límite, lo diferente: hallar aquellos problemas y preguntas que no se encuentran resueltos por los modelos explicativos totalizante.
Para Michel De Certau a la historia, entendida como historiografía, es decir:”(…) una práctica (disciplina)  su resultado (un discurso) y la relación entre ellos”[3]. Es una operación: una combinación del lugar social, de las prácticas científicas y de una escritura.
El lugar social: la investigación histórica se lleva a cabo en un espacio, una institución, grupo, sociedad donde se produce el conocimiento. Es un lugar determinado y determinante. Determinado porque esa condicionado al contexto social, político, cultura y económico; determinante porque es esta comunidad que regula y decide qué es científico y que no. Que se dice y que no se dice. En este sentido una de las primeras acciones de un historiador sería visibilizar lo no dicho.
Esta noción se encuentra desarrollada de forma similar por Pierre Bourdieu en la sociología con el concepto de  campo científico: es un lugar de luchas o de disputas para obtener el monopolio de la autoridad científica. Esta autoridad permite imponer una visión de la ciencia, de la producción del conocimiento científico y de sus metodologías por encima de otras, los temas que se consideran objetos de estudio de importancia, etc.
La práctica (Disciplina): la metodología y las técnicas empleadas por la propia disciplina en la investigación y que se encuentran determinadas por el lugar social o campo científico. La historia  es una praxis, emplea las técnicas, interpretaciones, definiciones e implica retomar la unidad entre lo cultural y la naturaleza. Es científica por que mediante el empleo de la metodología trabaja sobre el material dado y lo transforma en cultura. Los documentos aceptados como válidos  por De Certau son los procedentes de los archivos, que implica también la determinación de metodologías y técnicas propias  de conservación y valoración
Escritura: el resultado de lo anterior, el empleo de una metodología producirá un escritura especifica, propia de la Historia y no solo literatura o ficción.  En una escritura intertextual científica, es decir  que para validarse y adquirir legitimidad dentro del lugar se encuentra inscrita dentro de un marco teórico y fuentes de referencia. Es una escritura en cepas y en espejo. La cita bibliográfica permite decir “algo más” además de dar cuenta de una pertenecía a determinadas línea o cultura.
Esta escritura además suele ser acotada y tiene orden cronológico y secuencial, se debe centran en un eje determinado, dejando de lado otros aspectos y fundamentalmente actualiza el pasado, lo vuele presente al visibilizarlo.
El conocimiento, la escritura y el hecho histórico es concebido además como un producto, al considerar al historiador (que objeto y sujeto de estudio a la vez, se encuentra en la sociedad y se encuentra determinado por ella) como un científico que los fabrica, que no reconstruye sino que construye su objeto. Una de sus funciones será la de detectar lo no dicho, es decir, las subjetividades presentes en quienes hacen historia ya sea ideologías, políticas, religiosas. Tener en cuentas las mismas y su contexto cultural de producción es de vital importancia  ya que muchas de ellas son las causales de los desplazamientos[4] y en base a ellos se realiza la “selección de los hechos y fenómenos de estudio” para construir memoria,  por los tanto las explicaciones que de ellos se derivan pueden ser “falsable”[5]. Es decir el conocimiento historiográfico no es objetivo o tiene una objetividad  provisoria, e incluso poner en crítica sus supuestos es otra de las funciones del historiador.
La concepción de ciencia como producto y el cuestionamiento critico de la tradición se encuentra también presente en Pierre Bourdieu, cuando sugiere recuperar la capacidad Holística de la ciencia, es decir la inventiva, la relatividad, el científico es quien plantea nuevos problemas, los que no se encuentran contenidos en la autoridad científica dominante, la ciencia es un producto de los interrogantes que formula. Y en ese proceso aplica la vigilancia epistemológica, pone en cuestión los presupuestos teóricos vigentes para corroborar si su aplicación es pertinente en la investigación:
“Si es evidente que los automatismos adquiridos posibilitan la economía de una invención permanente, hay que cuidarse de la creencia que el sujeto es un automaton spirituale que obedece a los organizados mecanismos de una programación metodológica constituida de una vez y para siempre, y por tanto encerrar a la investigación en los límites de una ciega sumisión a un programa que excluye la reflexión sobre el programa, reflexión que es condición  de invención de nuevos programas.”[6]
(..) La epistemología se diferencia  de una metodología abstracta en su esfuerzo por captar la lógica del error para construir la lógica del descubrimiento de la verdad como polémica contra el error y como esfuerzo para las verdades próximas a la ciencia y los métodos que utiliza a una rectificación metódica y permanente.”[7]
Es decir que un verdadero científico es quien somete a reflexión permanente los supuestos establecidos y es capaz de crear nuevas soluciones, construir nuevos objetos de estudio, nuevos interrogantes que los paradigmas tradicionales han dejado de lado o quedaron subsumidos en explicaciones generales.
Esto nos introduce en una nueva consideración del hecho histórico como el error, el límite, las diferencias o desviaciones. La misión del historiador es detectar esos límites que los modelos historiográficos estructuralistas no pueden explicar o dar cuenta de ellos. El error es causa de aprendizaje para Bourdieu y principio de investigación para De Certau. Pero en dicha tarea no se pude prescindir esas teorías, no solo porque orientan la investigación sino porque también es en función de ellas que se pueden detectar los casos particulares planteados y poder formular a partir de ello nuevas explicaciones.
A modo de conclusión, la historia es una praxis resultado de una operación historiográfica, el resultado de la interacción entre el lugar social /comunidad científica/ campo, su metodología y la escritura como resultado material de la misma (principal mecanismo de difusión además). En segundo lugar es un producto del historiador, que atiende a lo diferente, a partir de problemas y casos específicos e incognoscibles para la tradición, va contrayendo un conocimiento original a partir de lo dado o creado por los modelos explicativos globales o estructurales.  Se plasma en una escritura que es intertextual y se legitima dentro de un marco teórico referencial y fuentes validadas por la comunidad científica pero obedeciendo también a la capacidad innovadora del historiador (tiene capacidad de agencia desde el momento que es capaz de cuestionar la ciencia oficial). En tercer lugar tiene su propia historicidad, es decir, al abordar un trabajo historiográfico es importante tener en cuenta su contexto producción para darle sentid y detectar posible desviaciones que puedan resultar en una manipulación del saber. Desde mi punto de vista es un saber con una autonomía relativa, si bien se encuentra determinada y regulada por la propia comunidad, en parte se encuentra sujeta a la coyuntura social, política y económica (recursos y presupuestos estatales, a veces interferencias políticas que privilegian determinados estudios por encima de otros, etc). Finalmente tiene la virtud de conectar el presente con el  pasado, visibiliza lo que está muerto, lo actualiza, lo vuelve a escribir y reinterpretar, lo materializa en la escritura.

Bibliografía.

Bourdieu, Pierre (2008), “Epistemología y Metodología”, en El Oficio de Sociólogo, Siglo XXI, Buenos Aires.
Bourdieu, Pierre (2003): Los Usos de las Ciencias Sociales, Nueva Visión, Buenos Aires.
De Certau, Michel (1993): “La Operación historiográfica” en La Escritura de la Historia, Universidad Iberoamericana.




[1] Biografía: Nacido en Chambéry, Francia, estudió filosofía y letras en las universidades de Grenoble, Lyon y París. A los 25 años ingresa en la Compañía de Jesús, ordenándose sacerdote católico en 1956. Doctor en teología por La Sorbona de París (1960), sus primeros trabajos giran en torno a la historia de la Compañía de Jesús y a la mística renacentista. Fundador y director de la revista Christus. Influenciado por las corrientes psicoanalíticas de Freud, fue, junto con Lacan, uno de los fundadores de la Escuela Freudiana de París. Profesor en las universidades de Ginebra, San Diego y París. Cercano a Michel Foucault, más por amistad que por coincidencia en el discurso, su proyección pública se acentuó notablemente después de apoyar la revuelta estudiantil parisina de mayo de 1968. Fue director de estudios de l'Ecole des Hautes Études et Sciences Sociales de Paris. Autor, entro otros libros, de La solitude, une vérité oubliée de la communication, con François Roustang y otros (1967); La prise de parole. Pour une nouvelle culture (1968); La possession de Loudun (1970); L’absent de l’histoire (1973); La culture au pluriel (1974); L’invention du quotidien 1. Arts de faire (1974);L’Ecriture de l’histoire (1975). Fuente: http://www.infoamerica.org/teoria/certeau1.htm (consulta 29/05/2017).
[2] Ranke (1824): “Introducción”, en Historia de los pueblos Latinos Germánicos.
[3] De Certau, Michel (1993): “La Operación historiográfica” en LA ESCRITURA DE LA HISTORIA, Universidad Iberoamericana, p., 67.
[4] De Certau afirma: “El discurso científico que no habla de su relación con el “cuerpo” social, no puede dar origen a una práctica, deja de ser científico, y esto es muy importante para el historiador, pues en esta relación con el cuerpo social precisamente está el objetivo de la historia. No podríamos dejar de tratarlas sin poner  en tela de juicio al mismo discurso historiográfico”. De Certau, Michel (1993): “La Operación historiográfica” en LA ESCRITURA DE LA HISTORIA, Universidad Iberoamericana, p.74.

[5] Popper representante del Falsacionismo, pone énfasis en la teoría e hipótesis como punto de partida para el conocimiento científico y que la verificación no es posible. Rechaza la inductividad ya que incluso esa percepción a través de los sentidos esta mediado por la interpretación, es decir que comprendemos la realidad que vemos a partir de los saberes ya adquiridos, el conocimiento no se encuentra en la naturaleza sino en la razón, existe cierto grado de subjetividad porque a partir de los conocimientos dados por nuestro contexto social nosotros ordenamos e interpretamos los fenómenos (pero tampoco sería a priori ¿?). Popper sugerirá el método deductivo y someter todas estas hipótesis que se elaborar para explicar la realidad a falsación, la ciencia y su producción se iría construyendo de esta forma con enunciadas y leyes que hayan resistido momentáneamente (hasta que otra teoría la contradiga) a todos los intentos de falsación  (el conocimiento es falsable no verificable, siempre sometido a revisión). Al introducir la idea de conocimiento como algo provisorio esta contradictorio la perspectiva de una ciencia definitiva y se convierte en hipotético conjetural, se apoya en la fe en la razón, es búsqueda constante. Su plante se circunscribe en e la tradición positivas galileana ya que sostiene un monismo metodológico, debe ser aplicado en las ciencias humanas y naturales, busca la explicación a través del método hipotético deductivo y la relación es causal.

[6] Bourdieu, Pierre (2008), “Epistemología y Metodología”, en EL OFICIO DE SOCIOLOGO, Siglo XXI, Buenos Aires., p 22.
[7] Bourdieu, Pierre (2008), “Epistemología y Metodología”, en EL OFICIO DE SOCIOLOGO, Siglo XXI, Buenos Aires., p 18.

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