Son las 6:30 de la mañana y me dispongo a desayunar para luego prepararme a escribir, estudiar y organizar mi futuro en un momento en dónde todo indica que vamos directo hacia una depresión económica
De golpe me percato del silencio que existe en casa en esos momentos, salvo por la música suave que suena en mi parlante. El clima ambiental es agradable, no hace calor y puedo estar con ropa liviana y, absolutamente nadie me rompe los ovarios por whatsapp. Mi madre y mi hija duermes y la única compañía esos momentos es la de mis gatos. Inmediatamente me invade una sensación de bienestar, de tranquilidad y mi mente se encuentra despejada
Momentos así deberíamos tener todos al menos un par de horas al día (cada uno decide como emplearlo) y sobre todo tendría que ser sagrado. Sociabilizar todo el tiempo, estar disponibles para los demás las 24 hs no es obligatorio y no está mal ponernos en modo antisocial de vez en cuando. Vivimos bombardeados todo el tiempo con un exceso abrumador de información y de comunicación que el hecho de no querer sociabilizar por un par de horas se hace necesario incluso para nuestra salud mental.
Sería positivo que empecemos a formularnos las siguiente preguntas (adaptables a nuestra forma de vida): ¿hace cúanto no tomamos un mate mientras escuchamos buena música o leemos un buen libro? ¿cuándo fue la última vez que disfrutamos de una caminata sintiendo el aroma de flores en el aire o de la tierra mojada después de la lluvia? ¿Cuánto tiempo dedicamos a nuestra vida espiritual?¿Tenemos algún hobbi ,algo que nos gustaría hacer? ¿hace cuanto que no ejercemos nuestra independencia y somos esclavos de las redes ?
¿cuantas veces nos dedicamos un tiempo a nosotros mismos fuera de la pareja?¿y cuántas otras fuimos capaces de respetarle sus momentos de soledad a nuestro compañero/a?
Ricardo Arjona no es de mis cantautores favoritos, pero existe una canción (lá única que me gusta ) que habla sobre este tema en particular y claramente es una crítica a la toxicidad en la que caemos por celos, ese miedo que no es otra cosa que la proyección de nuestra propia inseguridad.
"Acompáñame a estar solo" resume en dos versos lo que todos deberíamos tener como ley fundamental para nuestra felicidad:
A pensar en mí para vivir por tiAcompáñame a estar solo
Y en un verso entero resume la importancia de tener autoestima y de tener la fortaleza de enfrentarte a tu pasado, a tus recuerdos y a tus miedo:
Acompáñame a estar soloPara calibrar mis miedosPara envenenar de a poco mis recuerdosPara quererme un poquitoY así quererte como quieroPara desintoxicarme del pasado
Parte de la toxicidad está vinculada a no respetar la individualidad ni la independencia del otro , a la idea de propiedad que prima sobre la pareja, hijos, hermanos e incluso amigos y a no aprender a disfrutar de la propia compañía. Es tiempo de empezar a replantearnos la manera con que nos vinculamos con los demás y como nos reconectamos con nosotros mismos.
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